Quienes formamos parte de la militancia de base del Partido Justicialista desde nuestra más temprana juventud y fuimos testigos y protagonistas de la grandeza de la Patria durante las gestiones de los gobiernos defensores de la justicia social, la independencia económica y la soberanía política estamos hoy totalmente sorprendidos por el desentendimiento de la dirigencia que actualmente conduce el PJ nacional, como también necesitamos expresar nuestra más profunda tristeza y preocupación por la falta de humildad para que los responsables de crear el nuevo monstruo libertario y artífices de una de las peores derrotas de nuestra historia como movimiento hagan un paso al costado y den lugar al recambio real y efectivo del espacio.
Como presidente del Frente Nacional de Agrupaciones Peronistas exijo una refundación del peronismo, pero volviendo a nuestra doctrina y para ello hace falta dar un debate con una autocrítica seria y comprometida.
Ningún dirigente peronista levantó el teléfono para ver cómo y qué pasaba con las amenazas de muerte que recibí, pero no solo me han amenazado a mí, sino que muchísimos compañeros y compañeras están siendo víctimas de una violencia jamás vista.
La militancia se siente desprotegida totalmente por la dirigencia, debe ser muy feo para quienes siempre dieron todo por nosotros.
No podemos continuar como si no hubiese pasado nada, no cometamos el mismo error que en 2015, cuando se perdió con la fórmula Daniel Scioli-Carlos Zannini como consecuencia de no habernos dado un sincero debate puertas adentro.
Pareciera ahora que cometimos errores similares a los de aquella época, porque no se puede armar listas a espalda de los dirigentes territoriales y con una mezcla de agrupaciones que sólo buscan cargos para seguir estando en bancas legislativas, pero a la hora de salir a caminar por la calle buscando votos y
adhesiones, para sentir los problemas del pueblo desde el llano, pierden el GPS.
No podemos culpar por todo a Sergio Massa, quien en esta campaña electoral dio todo y más, pero lo dejaron más solo que a Bin Laden en el día del amigo. Todos sabemos positivamente quiénes lo acompañaron y quiénes operaron en contra de su proyecto patriótico.
Cabe preguntarse entonces si ante esta situación, ¿vamos a seguir premiando a quienes no solo se hicieron los desentendidos para poner toda la carne en el asador, sino a aquellos que sabiendo los riesgos que podría correr el pueblo argentino no les dio la nafta para jugarse todo lo que tenían?
Somos conscientes como peronistas de que muchos compañeros y compañeras se pueden enojar por esta forma de ver la realidad de nuestro movimiento, lo que nos da la pauta de que si es así es porque se sienten tocados.
(*) – Marcelo Puella es presidente del Frente Nacional de Agrupaciones Peronistas (FRENAP).
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