Es preciso en tiempos de elecciones analizar un hipotético escenario en donde Juntos por el Cambio llegue a un balotaje y apueste que Javier Milei negociaría sus votos de apoyo a candidatos como Patricia Bulrich o como Horacio Rodríguez Larreta.

También se hace necesario reconocer una crisis cada vez más visible en el Frente de Todos y de difícil solución, si no se abandonan los personalismos, como las imposiciones caprichosas de un club de amigos.

Con estas dos premisas del presente político, los argentinos y argentinas corremos el riesgo de terminar en un escenario de exclusión y violencia social intrínseca, que supera la mera crisis económica para acaparar todos los ámbitos de la vida cotidiana.

Una violencia que germina en la desigualdad, la exclusión y el extremismo de derecha que tiende a destruir cualquier pensamiento diferente al que quieren imponer.

Cuando Patricia Bullrich (presidenta en uso de licencia del PRO) habla de eliminar y de dar hachazos, parte de la sociedad lo ve como normal.

Que el ex presidente Mauricio Macri, hoy convertido en líder de Juntos por el Cambio diga que hay que dinamitar todo y en segundos diga un poquito, se lo toma como un chiste.

También que Milei de Libertad Avanza diga que va a extinguir y fomentar cerrar los medios públicos, cómo así la eliminación de ministerios claves se lo asimila como algo brillante.

Escuchar a Rodríguez Larreta hablando de una educación cuasi privada, porque lo público no sirve, y mientras tanto los hijos de vecinos porteños viven en escuelas totalmente abandonadas, podemos hablar también de la desinversión en la salud pública que es visible.

Resulta más que claro que esta gente, cuando toma el poder en 2015 asumen sin un plan, sin equipos de gobierno y con una idea base del gobierno de CEOS, un club de amigos encabezado por el ingeniero Macri con un solo objetivo «hacer un gran negocio y un plan sistemático del gran saqueo a nuestro país, endeudando al pueblo y generar una fuga de capitales de un préstamo por 44.000.000.000 millones de dólares, que aún nadie sabe dónde están», porque no se hizo ni un solo lomo de burro.

Pero el agravante es que esta misma banda que quiere regresar al poder en esta elección de 2023, viene totalmente recargada y con nuevas adquisiciones que se asemejan más a un plan de la ejecución del tercer Reich conducido por Hitler.

Ahora la derecha dice lo que van a hacer si ganan en 2023 y eso es peligrosísimo porque vienen con más odio, más resentimiento y con un objetivo clarísimo que es «el exterminio del peronismo y de todo lo popular», y así también quienes representamos esas ideas que ellos denominan «populistas».

Recordemos que se espiaron entre ellos, se tiraron carpetazos entre sí y hoy se pegan en los talones, y juegan con la peor mugre
de la política.

Le pagaron a la banda de los copitos para hacer una tarea de inteligencia en el atentado a la vicepresidenta Cristina Kirchner que aún sigue sin una resolución firme porque los jueces federales que caen siempre para el manejo tienen una birome amarilla a la hora de firmar un expediente o un debido proceso.

También podemos recordar que financiaron a esa secta de Revolución Federal que desde una mueblería trucha hacían horcas y guillotinas para generar incitaciones a la violencia.

No dudaron en poner bolsas mortuorias en la Plaza de Mayo con los nombres de compañeros y militantes de nuestro espacio político. Celebraron la muerte de la presidenta de la fundación de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.

Solo leer los mensajes y la invitación al odio, revanchismo y en muchos casos amenazas que muchos dirigentes del peronismo sufrimos permanentemente en redes sociales, es solo un anticipo de cómo se muestran y cuál es el deseo de lo que quieren hacer con el pueblo argentino.

Ya no será una grieta, se concretará el sueño de la derecha más recalcitrante de pretender enterrar al peronismo y con ello los logros conseguidos por nuestros líderes en función de darle derechos y una mejor calidad de vida al trabajador.

Es bueno además ahondar acerca de las ventajas con las que cuentan los dirigentes de juntos por el Cambio como los libertarios, es decir la derecha más pura, acerca de tener una complicidad orquestada por todos los medios de comunicación afines comprados por una pauta publicitaria, con lo que todo lo
maquiavélico que expresa ese periodismo de guerra lo pintan como algo maravilloso, pero la vara no es pareja porque todos los
días se inventan fake news atacando a Cristina Kirchner como así a la investidura presidencial de Alberto Fernández y a todo lo que rodea a los antes mencionados.

Podría hablar horas de esto porque también soy víctima de los ataques de estos medios derechistas. Sin ir más lejos, hago mención de cómo condenaron durante días al compañero Aníbal Fernández por decir que si la derecha gana va a correr sangre. No dijo nada que se desconozca.

Si volvieran, lo harán con métodos más violentos que en los 60 y 70 porque se muestra claramente la bajada de línea que le imponen a su Política de la Ciudad que es entrenada exclusivamente en reprimir.

Es responsabilidad del peronismo asumir el desafío que le toca y presentar con claridad una propuesta de paz y justicia social para una comunidad organizada.

(*) – Marcelo Puella es el presidente del Frente Nacional de Agrupaciones Peronistas.