Puella indicó que el imputado declaró durante 3 horas y solo se dedicó a responder preguntas de su abogado, Gastón Marano. Recordemos que ya es el cuarto detenido por el intento de magnicidio a la ex presidente y actual vicepresidenta de la nación Cristina Kirchner.
“Gabriel Carrizo negó haber participado en la organización del ataque, pese a que toda la investigación lleva a que su situación sea indefendible, y aseguró que los mensajes incriminatorios detectados en su teléfono celular fueron solo una broma a un familiar, pero podemos destacar que según los diálogos mantenidos desde su celular hacen que su teoría sea poco creíble, ya que lo escrito en ningún momento pareciera una broma”, agregó.
Puella explicó que en el teléfono de Carrizo “se habían encontrado mensajes en los que expresaba su total enojo por cómo había salido el atentado, aseguraba que el ataque debió haberse realizado en otro momento y hasta se preguntaba si el arma empleada era la que él supuestamente le había entregado a los atacantes. En ese intercambio de mensajes el imputado y su interlocutora discuten sobre si el arma que utilizó el atacante fue la calibre 22 que él le habría provisto y finalmente concluyen que no”.
Los investigadores mantienen la sospecha que la pistola pudo haber sido descartada por Carrizo y la procesada Brenda Uliarte posteriormente al hecho.
Este viernes, sin embargo, declaró durante tres horas y solo respondió preguntas de su abogado defensor, Gastón Marano, con el objetivo de desentenderse de los hechos y asegurar que esos mensajes son parte de un diálogo “en broma” con una familiar a la que le atribuyó ideología netamente anti kirchnerista.
En un momento de su declaración, Carrizo rompió en llanto y aseguró que conoció de casualidad a los procesados Fernando Sabag Montiel y a Uliarte en una fiesta hace 3 meses y que el hombre que quiso asesinar a la vicepresidenta le dijo que estaba sin trabajo, por lo que le ofreció sumarse a su emprendimiento de producción y venta de copos de azúcar.
En ese contexto, afirmó que no conoce los recorridos que hacen los vendedores a los que provee de los copos para vender y sostuvo que cada uno sale a ofrecer el producto y luego le pagaban una suerte de comisión.
También el dirigente peronista comentó que Carrizo salió a defender a Uliarte en una entrevista con un programa televisivo de noticias, porque ella les dijo a los vendedores de copos de nieve que había recibido amenazas, pero señaló que luego de enterarse de que podía tener vinculación con el ataque a la vicepresidenta fueron a presentarse ante la Policía para que se los considerara como testigos.
Para finalizar, Marcelo Puella contó que Carrizo, quien se hizo conocido como el jefe del grupo de supuestos vendedores de copos de azúcar, fue detenido el miércoles pasado por orden de la jueza María Eugenia Capuchetti y lo trasladaron a los tribunales federales del barrio porteño de Retiro para tomarle declaración indagatoria.
“Todo me da a pensar que estos 4 responsables del magnicidio contra Cristina Kirchner se quiebran en llanto y sacaran pañuelos amarillos para secarse las lagrimas por la bestialidad que hicieron o les solicitaron hacer”, sentenció Puella.